viernes, 28 de diciembre de 2012

Tiempos turbulentos

En tiempos turbulentos, de remolinos desde el centro, de estos nervios gelatina y temblores en el fémur...


Ella se exprime desde adentro y divide toda su fuerza en millones de partículas, le separa las más fuertes con paciencia purpurina y se las lleva en sobrecitos color manteca tamaño pocket.
Y él. Cuando siente todos esos dientes apretados, cuando la siente tan lejos y esas veces tan chiquita, se levanta, corre al espejo y corta un poco de su barba, para compensar el estrés. Para compensar el estrés, se dice. El estrés de ella.


Les gusta mandarse cartas y decirse que piensan el uno en el otro.
Lo que no saben es que lo hacen al mismo tiempo, generalmente bajo el mismo sol, y con bastante frecuencia.

Pensar que creen que bailan ritmos distintos. No tienen idea...

(outro)

take me somewhere else

where feelings have no name.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Ella usó su cabeza como un re-volver.

(Un dibujito. No es televisión. No es ficción. Imaginación.)


Mirá todo lo que hacías salir.
Ahora no me vengas con equipajes y malos ratos.
Yo no acepto peleas.
Discusión, caras raras, un yanotequiero, y le siguen como ocho tevoyadejar.

Un yanotequiero.

Volver a empezar.



Aunque lo hace sin querer, le gusta olvidarse pedacitos de vida y pretender que mientras se descubren abrazados en la misma cama, recién allí se comienzan a conocer. Ellos. Sus cuerpos. Y ellos.
Le gusta pretender que es un extraño, intentar descifrar el idioma que pronuncia entre pestañas e inventarse déjà vus para armar una historia de vidas pasadas.

Tantas vidas, al final. Con vos.
Si existieran las promesas, ella juraría prometer no olvidarlo. Al menos no esta vez, al menos no esta noche.

Pero no existen.
Don't blow it.

I'll do.

viernes, 14 de diciembre de 2012

lunes, 3 de diciembre de 2012

primavera


a mí me encanta decorar la nube de tu espalda.

y vos, fan de las jirafas.



afuera llueve. menos mal que transpiramos primavera.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Última cena.

No me voy a esforzar para ser feliz.

Se levantó así esta mañana. Se levantó de la mesa esa noche.

Abrió la puerta y se fue.
Veinte invitados, todos con la boca abierta.
Brindaron. Siguieron comiendo. De postre servían perdices.
Si hubiese sabido...

sábado, 24 de noviembre de 2012

viernes, 23 de noviembre de 2012

En Clave calafate

Cuando siente estar por desaparecer, ella le pide que la encierre entre sus manos y le hable de cosas que aún no existen en realidad.
Juntos abren nuevos universos donde viajar, lugares donde solo se permite transpirar mariposas y se desayuna a la hora de cenar. Alli ellos saben que (se) pueden respirar.

Por su puesto, claro que podés pasar.
Tené cuidado al navegar cerca de mi cintura, podés llegar a sentir cosquillas calafate entre tanta estrella de mar.

martes, 31 de julio de 2012

Torbellino.


Él hacía de lo invisible, algo totalmente tangible, como si atravesar un océano fuera un trámite de lunes por la mañana.

Ella lo materializaba en forma de lágrimas, atravesando sus pupilas como burbujas de niños en colonia de verano. Todas sus emociones viajaban sin nombre, desde una guarida de mariposas alojada en su centro, justo en el espacio entre el ombligo y su lunar, hasta aterrizar en cuadernos multicolores, tejidos a mano y con sabor a té de miel.

Cuando lo absorbía por los ojos, su cabello tomaba forma de viento, y su cuerpo se desvanecía a la velocidad de torbellinos de cristal. Solo música su idioma, se acostaban bajo nueve soles y se arropaban con el vapor de su respiración. 

Entre besos de carmín y abrazos maremoto, quedan impresas sus constelaciones sobre sábanas de hotel.

Ellos pueden inventarse todo, menos su amor.

Surreal. Pintan una vida más que hermosa. 

martes, 17 de julio de 2012

Desvanecen.
















Y se pierden en tus dedos
aquellas noches interminables, esas sábanas livianas.

Ella recorre cada gramo de tu piel,
cuando tan juntos se besan, en silencio, tan adentro.

Cada vez que sientas sed,
con el agua enciende tu alma.



lunes, 9 de julio de 2012

Winter. I win.

cool.
please, don't get a cold.

I didn't mean being that cruel.

Viste mis palabras. Moda.

Estaba cortando un pan, que estaba en la panera, que había estado sobre la mesa de roble, de roble eran esa noche, que estaban los dos, que había festejo, que había jolgorio. Uno en un mundo, el otro en el otro, claro, por supuesto, en el otro.

Entre copas de cristal, son copos de cereal. Ella desayuna.

Abre mermeladas, hace fuerza, se resvala de sus manos, se le frunce la nariz. Hace frío. Frío de nieve, ese frío de sur. Ese que acompaña, que casi no lastima, que acaricia estalactitas, que pincha con amor, aunque estemos en julio.

Mermelda. Dulce. Es de ciruela, con aroma a vapor, lleva el color del vino. Pero es de ciruela.

Piensa. Lo piensa. Aunque no lo crea, aunque ni le crea.
Y se piensa. Ella, se piensa, con él, lo piensa.
Se piensa, no están juntos.
Y él se cree, en ese mundo de adultos y de puro coqueteo,
que es una estrella de rock, él y su ombligo.
Y ella, ella lo sabe. Pero de vez en cuando lo piensa.

Cuando vuelve a ese frío, ese frío de sur, cuando desayuna mermelada de ciruela de color del vino. Y se acuerda. Ni sus palabras, ni su voz. Tal vez su guitarra. Ni su voz.

Y en su voz.
Falta algo.
Vacío.
Epifanía.
Una herida.
Él nunca la amó.
Llora, se mete en la cama. Aprieta los ojos y congela ese adiós.

Quiere decirle que...

sábado, 16 de junio de 2012

Porciones de texto para desayuno.

No sabe si es él,
o si es ella allí con él,
pero así está,
cómoda se acomoda,
y escribe sobre un mundo nuevo,
con confites en la mesa
y el aroma de un café.

A solo lápiz y papel,
lo que brilla desde adentro
garabatea sus retinas,
atropella sus pestañas
ridiculiza las cortinas,
y se cristaliza en mil palabras;
en tan solo un abrir y cerrar de gafas
dibuja frases soft pastel.

...
....

cuando tiemblan la tierra,
cuando ríen estrellas, y simulan tormentas,
cuando entienden que sus cuerpos solo encienden libertad;
solo allí saben fundirse:
lo constante es brevedad.
cuando uno sólo es más que uno
y uno más uno no es igual a dos.


allí están, así se encuentran.
ellos solos.
ellos dos.
sobre un mismo suelo
bajo un mismo techo
en un mismo instante
pasión sabor mar.

Aunque cada mirada
los conduzca a sonrisas,
llevará en su ceño
esa chica de ensueños
aquel gesto extraño,
de insalvable exclamación,
al sentir en su pie
su calambre de piés
y ese olor a montaña
tan verde el panorama.

Y en el medio del viaje,
serán cine de estreno.
Él, su abrigo de noche
ese escudo en colores.
Entre ojos espejo,
y cosquillas rosadas,
ella escribe en porciones,
aunque aún suene raro.


contados sus encuentros, innumerables sus vorágines,
ella viste de otoño
un otoño en flor.
y se acuestan tan desnudos,
y despiertan tan plegados,
desenriedan sus abrazos
con un par de besos soft.


( (  y es allí donde ambos saben tan bien.
sus frases color miel no la empalagan  ) )

diecisiete de enero

acostarse. sentir el suelo, el pasto, el agua que antes cayó devora tus pies, ahora simplemente sube, se eleva, te purifica hasta la sien.
cada una de las estrellas, todas bajan y se filtran como lunares sobre tu cuerpo.
es en el templo donde todo se hace de a dos, se camina a paso de hombre, y se anda descalzo por doquier. las palabras son superfluas, los árboles llevan camisas a cuadros y hay pajaritos lejanos que parecen ve cortas escritas con tinta china.
tinta de la que no se borra.

miércoles, 6 de junio de 2012

Pliegues

Se habían abrazado tan fuerte,
se querían tan enormemente,
que vencer la distancia en la que la gente invierte mucho dinero
a ellos no les costó ni un solo pasaje.

Aquel encuentro fue fusión,
plastilinas sus cuerpos entre sábanas papel.
Tomaron ahora, la más hermosa configuración.

Ella pide a las estrellas; él se pinta de Universos.
Alguna vez se cruzarán; allí se reconocerán.
Saben distinguir muy bien
las arrugas de los años
de los pliegues de un amor.



La piel, su cartograma;
un atlas infinito donde cruzan sus caminos,
variedad en sus encuentros.
Dimensiones habitables,
serán ellos cada estreno.
Los jueves se despiden.
Viajan a lugares destinados al amor.











Madrid
Travesía Cuatro

domingo, 3 de junio de 2012

35mm

sunday morning.
yellow breakfast.
and a blue blue sky.

planes. we don't fly yet. and we met in our way back home.

this bus, now.
you, from north.
me, from south.
we're strangers.
you take off your sunglasses. the sun shines.
thank you, I guess I like the way it warms my back.

yeah, we are strangers. and that's beautiful.

took you a picture. then, you pictured me.
we spoke. we kissed.
we, gone.

and those blue blue eyes. never thought i'd like 'em this much.




fue vivir ficción. en 35mm.




jueves, 24 de mayo de 2012

origen

tus venas te recorren como las raíces de un árbol, del árbol capaz de alimentar a todo un universo.
te envuelves como máscara de oxígeno, tus muecas son mis gestos.
tu aire, un suspiro de desvelo.
salpicas estrellas con cada estornudo.
brindamos, decimos salud.
It is not yet tomorrow.


And I already miss you.



martes, 22 de mayo de 2012

Ocho

Calle, agua, la gran ciudad, luces fuera de foco, arte, no arte, libros y revistas, otoño pegado sobre las veredas, viejas que se quejan y jóvenes que festejan, lluvia de papelitos. Un bar, un restaurant, cigarrillos, él café, ella capuccino. Un gato, un tío, un sillón, y un par de fotos. Y unas fotos que hablaron, nunca las tomaron.
Ella no quiere que se vaya; bueno, él tampoco.

La toma de la mano. Ella le aprieta el dedo más chiquito, más fuerte, y continúan caminando. Se confunden un poco con la luz, hay tanto auto, y es de noche. Hay tanta gente. Hay tanto humo. Podrían perderse. Y lo hacen. Y se extrañan, pero eso todavía no.

(Bla bla bla, glup glup glup, tu tuuuu, chuik. Mua).

- Una revista para tu chico. Soy tu chico?


- Sí, sos mi chico -. Punto. Se calla. Se piensa. Piensa. Y la tapita de Coca Cola que sentía en su estómago hace algunas horas, da como un giro, existe un recuerdo. Se detiene. Su cabeza. Ellos siguen caminando. Y pregunta con miedo, un miedo que la hubiese paralizado si no hubiera comido esas espinacas verdeagua al mediodía. Y pregunta:

- Y yo? Soy tu chica?


Se acurruca en su hombro, de forma aniñada, color manzana, con cabello despeinado; es la lluvia que despeina (y piensa, la despeina casi tanto como cuando hacen el amor, aunque esas veces el cabello despeinado le queda mucho más bonito, ya lo sabe). Ahora vuelve. Ahora. Uy, con tanto miedo vuelve y le pregunta. Y escucha.

- Sí, sos mi chica.

Ya no sabe lo que quiere escuchar. Hay angustias que acompañan vidas. Pero él camina con una sonrisa tan hermosa... Casi casi dicen algo. No hace falta escuchar.

martes, 3 de enero de 2012

julio

Detrás de su puerta de roble, lo esperan los ojos más tristes del mundo. Hay una atmósfera que parece ser más fuerte que ellos, y él llega a distinguir un par de jarrones rotos, como en los dibujitos, prueba de que efectivamente esa angustia con la que ella lo recibe es consecuencia de un torbellino de emociones que acaba de abandonar la habitación. Solo unos minutos de retraso le alcanzaron para dar vuelta todo su monoambiente, hurgar por cada rinconcito que registraba, verificar debajo de cada adorno y de cada una de las alfombras, vaciar cada uno de los vasos de sus estantes, esos que él coleccionaba.

Era su forma de hacerlo hablar. De vez en cuando le pasaba, con una frecuencia de casi una vez al mes, le agarraban esas ganas locas de saber más de su chico: tenía la ilusión de encontrar algo allí, alguna cajita, llena de cartas, o de frases rotas, o de cassettes o de vinilos, o de papelitos de colores. Estaba segura que un día encontraría esa jaula donde él guardaba todas las cosas que ella nunca sabría, todo aquello que él nunca le diría.

domingo, 1 de enero de 2012

serás de marte

y te vi bajar por aquella escalera, tan tímido, tan seguro.
caminabas como en forma de río, mi mareado caracol de mar,
y tus cabellos se perdían entre cada corriente que soplaba el invierno;
yo fui solo primavera para tus pies.

el viento fue mi amigo, remolinos en tu pelo.
la pared de más atrás, color veneno,
la puerta del portón, madera añeja, barniz de piel.
ese aserrín, ahora tus pecas.
y tus comisuras. y tus ángulos. mi paisaje serán tus labios.

bajabas en terraza, sos tan alto, tan pastel,
colorado de vergüenza, atorado de ansiedad.
bajaste, yo subía, vos dijiste, yo advertí.
en algún punto, en aquel sueño, nos chocamos las mejillas,
nos perdimos interés.
hasta que nos abrazamos.

con puntitos de canela y cabellos de papel,
nos agarramos de dos palabras y secuestramos un abrazo.

parecías como recién llegado de marte.
estás tan lejos que ya no sé si te puedo esperar.