jueves, 3 de julio de 2014

de aquí con vida

para qué intento encontrarle el límite al cuerpo,
qué forma busco trazar en un mundo todo líquido.

por qué sigo iluminando mis partículas con cada rayo de tus tormentas
y amanezco desayunando mi café con una lágrima de nubes afligidas.

para qué reordeno cada palabra, ya conozco tu discurso.
con qué ganas sigo corriendo sin descanso
y con qué dejo de fragilidad puedo seguir regalándole al viento todo mi cabello.

si al final de todo, todo muere.
nadie sale con vida.

la muerte está aquí, la muerte está en coma,
en ella el viento ya no sirve,
enterrada también voy a estar
también voy a quedar calva
pero esta vez de mi cabeza
lo que brotarán serán flores.

lunes, 26 de mayo de 2014

la luna.

bailemos hasta el fin de la luna

allí donde no se deja llegar

allí donde se puede estar en silencio




donde la luz es tan fina

tejemos frases en el mar.


domingo, 27 de abril de 2014

cuento corto.

abr. 2014

Él le preguntó, ¿Me dejás?
Ella le respodió: sacudió su cabeza.

Su posterior abrazo marcó un nuevo inicio. O el eterno final.
Hay gestos duales, y a su vez, muchos excluyentes.
Un mismo abrazo marcando una cosa. O la otra.




feb. 2013

Ella le preguntó, ¿Me dejás?
Él le respodió: sacudió su cabeza.

Su posterior abrazo marcó un nuevo inicio. O el eterno final.
Hay gestos duales, y a su vez, muchos excluyentes.
Un mismo abrazo marcando una cosa. O la otra.



agosto dosmiltrece

te voy a invitar










a invadir primaveras.

a saber esperarme.
a saber encontrarme.

cuando el invierno te haga cosquillas
y el otoño nos cubra hasta las pestañas.


a aprender a armarme. cuando te quiero por partes.
por partes desarmo, el cuerpo delira, sobrepasa las pieles, arrastra lunares.

a juntar esas partes, a unir los puntitos. juntarlos bien juntos. que de esa forma nos quiero.

de esa forma queremos.
de esa forma te quiero.


desarme ahora que se hizo temprano.

la tercera.

cada día, mientras tanto.

se pasaba noches enteras, tal vez más cortas de lo que recordaba, luchando contra mosquitos que interrumpían sus sueños, luchando contra pesadillas que la arrinconaban en altavoz.

se pasaba noches enteras, en su cama, tapada hasta la nariz, mirando las sombras que venían desde tan abajo, llegaban y le alcanzaban los pies. se pasaba noches enteras tapada hasta la nariz, aterrorizada.

se pasaba noches enteras inventando cuentos, como sintiéndose chiquita, charlando con ella misma, susurrando los capítulos a algún cuerpo cercano.


se pasaba noches enteras acompañada, y era cuando más sola estaba.

menos mal que lápiz y papel nunca faltan. escribe en tercera persona, tal vez así no se sienta tan sola.