jueves, 27 de enero de 2011

los días son largos

cambio y fuera
>> pero sin cambio

borrón y cuenta nueva
>> pero sin cuenta nueva



llega el verano, los días se hacen más largos y el que ofrece su tiempo para no llevar tantas horas como mochila, sos vos. suena el timbre, desde muy adentro mío, desde los pies más lejanos y saliendo por el pecho con más latidos, una nena chiquita de volados canela grita recreo con muchas "o";
por esta vez, voy a pensar en mí. sin tí.




Me enamoro seguido, porque así me aseguro de que va a durar poco.
Y que va a ser para siempre.

jueves, 20 de enero de 2011

(escuchando a spinetta...

... me salen cosas como estas)


Somos seres,
humanos, dicen.
Somos seres humanos,
sin saber lo que son.

Pero lo sostiene el hábito
de poner todo en palabras
sin saber lo que son.

Aquí no existe
petición de principio,
pero somos infinitos
sin conocer nuestro fin.

(Musa: "Color humano" de Almendra)



·.·.·.·.·.·.·.·.·



Caigamos en la desesperación
cuando nos encontremos con que no nos queda nada
más que la realidad.
Ese es el momento en que debemos caer
y dejar caer todo,
que se derrumbe, que desvanezca
para reconstruirnos.
Para abrir los ojos y soñar despiertos
y volar cada vez más alto.

El Universo lo hacemos inmenso,
y es que es enorme.



(Musa: "Figuración", de Almendra)

un poco pulpo

Luego de encontrarse con él, hurga entre las fibras de su cuerpo, para seleccionar las más fuertes y tejer con ellas un puente temporal pero resistente, que la devuelva al mundo humano y le entregue la ficticia idea de la existencia de un mañana. Un mañana que le asegure un nuevo encuentro y la vuelta al nido que construye entre sus brazos, al enriedo que prometen sus extremidades, y a las ideas locas que dibujan con sus sonrisas.
Un mañana que, en fin, evada la amenazante posibilidad de extrañarlo, y que esquive ese sentimiento del que teme que signifique un posible tropezón, aunque sabe que no permitirá que represente una caída.

Él no lo sabe, pero por la mañana, cada vez que se va y la despide con un abrazo de la fuerza de ocho pulpos, ella escapa al bosque y caza algún diente de león o sube alguna vaquita de san antonio sobre su hombro, y susurra entre remolinos de viento y aleteos de pájaros, que por favor le conceda algunas horas para aprender a extrañarlo, y así más tarde no morir en el intento.

Hacia el atardecer, a orillas del río, se entretiene saludando avioncitos de papel reflejando luces con las pintitas doradas de su vestido, y entonces recuerda su comparación con el pulpo, y se sonríe al dibujarlo y descubrir que los pulpos tienen patas y que las patas tienen ventosas, y que las ventosas atraen y que las ventosas se pegan, y que aferran y no dejan escapar. Tal vez se esté sintiendo un poco así, pero tal vez, también, se esté sintiendo un poco pulpo. Y sentirse un poco pulpo, piensa, está bueno.


Por la noche hace frío, y el viento sopla fuerte; debe ser porque nos envidia, piensan ellos; yo quisiera volar como él, piensa ella, pero solo ella. Junto a un silencio que les brinda abrigo, sus miradas se cruzan y esta vez se sostienen, se mantienen hasta alcanzar minutos enteros y eternos, sin llegar a invitar al amor pero tampoco dejar entrar a la incomodidad.




(Fue tu culpa, es mi error) escribe ella.
"Había una vez", y página siguiente termina nuestra historia.
Tengamos un final feliz.

lunes, 17 de enero de 2011

lluvia

no quiso salir corriendo
porque en el piso recién lavado
el chillido de sus zapatillas de lona la delataría.

entonces,
se quedó goteando ella también.





los parques de estacionamiento se mojan con la lluvia
y las personitas como ella no encuentran espacios libres,
pero no pueden escapar.
las líneas amarillas apretan fuerte. y los carteles de estacionar también.

viernes, 14 de enero de 2011

mermelada de durazno

nos alcanza el mediodía y es la primera cuestión que llega sin pre-aviso,
para desatar una cadena de hechos no planeados, pero sobre los que tomo partida y anuncio algunas decisiones.

a las once y veinticuatro, un rato antes y ya es un poco tarde,
enredarme entre las sábanas es lo más rebuscado en lo que puedo pensar
y recuerdo que a las once y once te regalé la oportunidad de un deseo
y recuerdo que no la quisiste aprovechar.

descubro que prefiero levantarme despeinada y con los ojos descubiertos,
descubro que esa es la única manera de amanecer con las ideas claras.


el reloj marcó algo distinto
pero no me importa la diferencia entre las once y veinticuatro y las once y veintiséis.
y es que, me sorprendo nuevamente, en esa diferencia estás vos.


tengo antojo de mermelada de durazno.

miércoles, 12 de enero de 2011

por el solo hecho de pertenecer a mi pasado

pasás a ser la añoranza más presente



( ( y mi futuro más lejano ) )
cuando desayunar tus abrazos
era solo una cuestión de principios.


y no se discutía.