miércoles, 28 de noviembre de 2012

Última cena.

No me voy a esforzar para ser feliz.

Se levantó así esta mañana. Se levantó de la mesa esa noche.

Abrió la puerta y se fue.
Veinte invitados, todos con la boca abierta.
Brindaron. Siguieron comiendo. De postre servían perdices.
Si hubiese sabido...

No hay comentarios:

Publicar un comentario