jueves, 24 de mayo de 2012

origen

tus venas te recorren como las raíces de un árbol, del árbol capaz de alimentar a todo un universo.
te envuelves como máscara de oxígeno, tus muecas son mis gestos.
tu aire, un suspiro de desvelo.
salpicas estrellas con cada estornudo.
brindamos, decimos salud.
It is not yet tomorrow.


And I already miss you.



martes, 22 de mayo de 2012

Ocho

Calle, agua, la gran ciudad, luces fuera de foco, arte, no arte, libros y revistas, otoño pegado sobre las veredas, viejas que se quejan y jóvenes que festejan, lluvia de papelitos. Un bar, un restaurant, cigarrillos, él café, ella capuccino. Un gato, un tío, un sillón, y un par de fotos. Y unas fotos que hablaron, nunca las tomaron.
Ella no quiere que se vaya; bueno, él tampoco.

La toma de la mano. Ella le aprieta el dedo más chiquito, más fuerte, y continúan caminando. Se confunden un poco con la luz, hay tanto auto, y es de noche. Hay tanta gente. Hay tanto humo. Podrían perderse. Y lo hacen. Y se extrañan, pero eso todavía no.

(Bla bla bla, glup glup glup, tu tuuuu, chuik. Mua).

- Una revista para tu chico. Soy tu chico?


- Sí, sos mi chico -. Punto. Se calla. Se piensa. Piensa. Y la tapita de Coca Cola que sentía en su estómago hace algunas horas, da como un giro, existe un recuerdo. Se detiene. Su cabeza. Ellos siguen caminando. Y pregunta con miedo, un miedo que la hubiese paralizado si no hubiera comido esas espinacas verdeagua al mediodía. Y pregunta:

- Y yo? Soy tu chica?


Se acurruca en su hombro, de forma aniñada, color manzana, con cabello despeinado; es la lluvia que despeina (y piensa, la despeina casi tanto como cuando hacen el amor, aunque esas veces el cabello despeinado le queda mucho más bonito, ya lo sabe). Ahora vuelve. Ahora. Uy, con tanto miedo vuelve y le pregunta. Y escucha.

- Sí, sos mi chica.

Ya no sabe lo que quiere escuchar. Hay angustias que acompañan vidas. Pero él camina con una sonrisa tan hermosa... Casi casi dicen algo. No hace falta escuchar.