escribía, cartas sin nombre;
dibujaba, personitas sin piel;
observaba, casi siempre ojos de papel.
en el veo veo siempre perdía. y es que desde chiquita, solamente cree en colores.
nada más y nada menos, que en colores.
escribía, cartas sin nombre;
dibujaba, personitas sin piel;
observaba, casi siempre ojos de papel.
en el veo veo siempre perdía. y es que desde chiquita, solamente cree en colores.
nada más y nada menos, que en colores.
nunca se llevó bien con la realidad.
Por la mañana se sentía hermosa, como hecha de sol y de arena,
como hecha de música recién salida de sus labios.
Por la mañana tenía algo de qué hablar
y la excusa perfecta para esquivar diarios y periodistas.