sábado, 16 de junio de 2012

diecisiete de enero

acostarse. sentir el suelo, el pasto, el agua que antes cayó devora tus pies, ahora simplemente sube, se eleva, te purifica hasta la sien.
cada una de las estrellas, todas bajan y se filtran como lunares sobre tu cuerpo.
es en el templo donde todo se hace de a dos, se camina a paso de hombre, y se anda descalzo por doquier. las palabras son superfluas, los árboles llevan camisas a cuadros y hay pajaritos lejanos que parecen ve cortas escritas con tinta china.
tinta de la que no se borra.

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