domingo, 29 de agosto de 2010

Asunto: una carta

Millones de espirales, color amarillo;
y algunos rebeldes, color moreno
se encargan de enmarcar su eterna sonrisa
y sus dos cristales de hierro.

Mientras aquellos mechones
la revolotean indecisos
ella me garantiza que su cabeza
se siente más segura que nunca.

Arremetiendo contra todo,
apuesta por todo.
La situación la sorprende,
la energía la rebalsa.
Entonces traga,
se atora,
y toce.
Da un respiro, se delinea los ojos,
y vuelve a combate.

Pelea por todo
y se pelea con todos
todavía no entiende
las cosas no se reducen a simples enemigos.

Y mientras aprende a entenderse,
y entiende que empieza a sincerarse (consigo misma)
le habla demasiado al mundo,
y el mundo se encarga de ocultar su más hermoso secreto.

Es que no todo se habla, amiga.
No todo es para decirse
Hay cosas que llegan para quedarse
Hay cosas que solo a una le pertenecen.

Tu formidable voz, todo lo grita.
Tu sediento ser, todo lo toma.

Aunque te dejes las uñas largas y te pintes un lunar Monroe
no dejás de ser la de los pies pequeños
y caprichos cariñosos.

Y olvidemos que tenés alergia a las manzanas,
y que yo tengo tantos veranos encima.
De acá en más,
tomemos mate hasta quedar verdes
hablemos tanto hasta acabar el diccionario
riamos por todo hasta empalagarnos
y pensémonos hasta la telepatía.


Hoy no nos limitemos en nada
seamos inmensamente chiquitas
e insoportablemente grandes.



PD: teniendo o no estantes, sabes que en mí te podés apoyar. Estoy siempre.

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