lunes, 2 de mayo de 2011

No sos vos, soy yo.
Siempre fue así.

Que hoy me vaya corriendo,
encuentra sus razones justo allí.
De eso se trató siempre, te digo.

Que ayer me haya quedado,
encuentra sus razones justo allí.
Y ahora, ahora es lo mismo.
Te digo, no sé tu nombre, y a penas si oyes.


No estás vos.
Pero es otro. No sos vos.
Y claro, sigo siendo yo.

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