Sin hacer ruido, pasó la izquierda por arriba de la derecha: y es que las piernas cruzadas en el mismo orden nunca le duraron mucho, la que queda por debajo jamás tarda en dormirse. Y se queja.
- No.- Dijo él, aunque intentando ser amable.
-Ah...- y volvió a mirar por la ventana, para seguir imaginando cómo sería su vida si se animara a entregarle un papelito con su nombre y lograra que él también se enamore.
Apoyada sobre la ventana de los colectivos, le encanta llevar auriculares, enamorarse de algún chico-pasajero, e inventar historias de amor, construir imágenes de color vintage y ponerlas en textos con alguna palabra en diminutivo. Es su forma favorita de darle vida al tiempo muerto que intenta aburrirla en cada viaje en colectivo.
Amor de bondi, yo lo tuve... me dio mi mejor amor y mi peor dolor
ResponderEliminarEn fin...
buenisimo el blog!