martes, 19 de octubre de 2010

Siempre que llovió... hubo espejos en el suelo

Lo que más le gusta del siguiente instante,
lo que más le asombra del día D,
es el legado que dejan las tormentas:
lo más lindo es caminar entre los charcos
es ese el momento en que llega al cielo
· y siente cada nube,
· goza cada sol
· y se hace amiga de los pájaros.
Lamenta que nadie se percate de eso,
y sale con su tercer ojo para publicar las imágenes más lindas
en los noticieros más feos.

La lluvia y el sol son la pareja ganadora en el festejo.
Y la vida se suma para chapotear.
El secreto es abrir un poco más los ojos.
Y gritar hip hip hurra.

Nunca te duermas.



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