domingo, 30 de mayo de 2010

Confesiones en el baño. Epifanías sobre el espejo.


Me acabo de dar cuenta (nuevamente),
sigo con esa manía de dejar muchas cosas para "mañana".
Y si ya no estás?
Y si ya no estoy?
Y si ya... - // (boom!)

Uy uy uy... de golpe el tiempo me queda chico.
De golpe y sin porrazo, el tiempo me aprieta.
Tanto aprieta, que me hace explotar.
Para empezar a hacer.
Para empezar a-ser.

Sólo por hoy.




Justo antes de este estallido frente al espejo, había leido esto:

"Los baños son muy reveladores de las personas. No en el sentido de las habitaciones y las cocinas, que la gente suele decorar y redecorar. En los baños, por lo general, las personas no se cuidan por mostrar una imagen de sí mismas, y por eso se muestran tal como son. A lo sumo cambian la cortina del baño. La de Claudio era negra, una mala opción para los azulejos azul eléctrico"
(Fragmento de La naturaleza del amor de María Fasce)



Y ahora también pienso, después de haber leído eso, escribir en lápiz lo que salió del espejo y después venir y tipearlo en una nueva dimensión, y después de haber citado la cita recién citada... pienso que capaz ahora entiendo un poco más por qué me había agarrado esa loca de preguntarme qué pasaría si me encerrara todo un día en el baño. Puede ser que el fragmento de Fasce me esté mostrando un fragmento, una parte, de lo que buscaba responder al plantearme esa situación.


Bueno listo. Igual no me iba a encerrar. Para encerrarte están los encerraderos.

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