lunes, 28 de enero de 2013

El fenómeno de tu música.

(o el inmersionante fenómeno de tu voz, aún cuando no estás)


Disparás desde tan cerca, y aunque estés lejos. Me seguís.

Besos de paciencia.
Que ni se te ocurra.
Desde ahora, solo acepto, los de ahora,
entre jugos de durazno y naranjas al limón.

Sé cómo te llamás.
Vos sabés en dónde vivo.

No vamos a tener que esperar nunca más.

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