jueves, 20 de enero de 2011

un poco pulpo

Luego de encontrarse con él, hurga entre las fibras de su cuerpo, para seleccionar las más fuertes y tejer con ellas un puente temporal pero resistente, que la devuelva al mundo humano y le entregue la ficticia idea de la existencia de un mañana. Un mañana que le asegure un nuevo encuentro y la vuelta al nido que construye entre sus brazos, al enriedo que prometen sus extremidades, y a las ideas locas que dibujan con sus sonrisas.
Un mañana que, en fin, evada la amenazante posibilidad de extrañarlo, y que esquive ese sentimiento del que teme que signifique un posible tropezón, aunque sabe que no permitirá que represente una caída.

Él no lo sabe, pero por la mañana, cada vez que se va y la despide con un abrazo de la fuerza de ocho pulpos, ella escapa al bosque y caza algún diente de león o sube alguna vaquita de san antonio sobre su hombro, y susurra entre remolinos de viento y aleteos de pájaros, que por favor le conceda algunas horas para aprender a extrañarlo, y así más tarde no morir en el intento.

Hacia el atardecer, a orillas del río, se entretiene saludando avioncitos de papel reflejando luces con las pintitas doradas de su vestido, y entonces recuerda su comparación con el pulpo, y se sonríe al dibujarlo y descubrir que los pulpos tienen patas y que las patas tienen ventosas, y que las ventosas atraen y que las ventosas se pegan, y que aferran y no dejan escapar. Tal vez se esté sintiendo un poco así, pero tal vez, también, se esté sintiendo un poco pulpo. Y sentirse un poco pulpo, piensa, está bueno.


Por la noche hace frío, y el viento sopla fuerte; debe ser porque nos envidia, piensan ellos; yo quisiera volar como él, piensa ella, pero solo ella. Junto a un silencio que les brinda abrigo, sus miradas se cruzan y esta vez se sostienen, se mantienen hasta alcanzar minutos enteros y eternos, sin llegar a invitar al amor pero tampoco dejar entrar a la incomodidad.




(Fue tu culpa, es mi error) escribe ella.
"Había una vez", y página siguiente termina nuestra historia.
Tengamos un final feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario