Después de andar casi toda una vida,
aún no la gasto.
Y mis botas se cansan, y descansan.
Andar descalza sobre tu piel.
Sos mi cálido desencuentro,
el único amanecer que no me invita a despertar.
Hoy seguiré soñando con tu voz.
Después de andar casi toda una vida,
aún no la gasto.
Y mis botas se cansan, y descansan.
Andar descalza sobre tu piel.
Sos mi cálido desencuentro,
el único amanecer que no me invita a despertar.
Hoy seguiré soñando con tu voz.
"La mujer se determina y se diferencia con relación al hombre, y no éste con relación a ella; la mujer es lo inesencial frente a lo esencial. Él es el Sujeto, él es lo Absoluto; ella es lo Otro.
(...)
"... ella lo es Todo. Sólo que es Todo sobre el modo de lo inesencial: es todo lo Otro. Y, en tanto que otro, ella es también otro que ella misma, otro que aquello que se espera de ella. Siendo todo, jamás es justamente esto que debería ser; es una perpetua decepción, la decepción misma de la existencia, que no logra nunca alcanzarse ni reconciliarse con la totalidad de los existentes".
Simone de Beauvoir
We felt the imprisonment of being a girl, the way it made your mind dreamy, so you ended up knowing what colours went together.
We knew the girls were really women in disguise. That they understood love and even death.
And that our job was merely to create the noise that seemed to fascinate them.
We knew that they knew everything about us.
And that we couldn’t fathom them at all.”
-The Virgin Suicides.
"What lingered after them was not life, but the most trivial list of mundane facts: a clock ticking on a wall, a room dim at noon, and the outrageousness of a human being thinking only of herself".
Basically, what we have here is a dreamer.
Someone completely out of touch with reality.
When she jumped,
SHE PROBABLY THOUGHT SHE COULD FLY
Gracias por compartirlo con nosotros.
y en su intento de no ser normal
se da cuenta de que ese objetivo
no va más allá del que comparte el común de la gente
A veces te pienso tanto
que me olvido de mí.
A veces te miro tanto
desde mí a tí
que me pierdo en tí.
La mayoría de las veces hablamos a aquellos que no quieren oírnos.
Y a quienes sí tienen oídos para nosotros,
nosotros no tenemos ojos para mirarlos.
Nunca sabremos que están presentes, pero no por eso dejarán de estarlo.
"Exponte a tu mayor miedo,
después de eso el miedo no tiene poder,
el miedo a la libertad desaparece y eres libre"
Jim Morrison
"Quiero que sepas que eres el culpable
de que hoy me sienta extrañamente bien.
De que hoy me sienta extraña..."
(de En la habitación by Zahara)
"Todo lo que puedas imaginar es real" Picasso
( "Au-Dessus De La Ville" de Marc Chagall)
Y unas últimas palabras de Marc:
"El arte es sobre todo un estado del alma"
"Todos los colores son los amigos de sus vecinos y los amantes de sus opuestos"
"Aun cuando retrocedo, avanzo"
"...A veces pinto mis cuadros al revés, sin ver lo que hago, Hago cualquier cosa, porque lo que cuenta es la voz, no lo que uno cuenta"
"En una naturaleza, en un elemento natural, en un espacio que no es más que un cielo en el que todas las formas retozan completamente libres y gráciles como si fuesen pequeñas criaturas, se emana un color tan fuerte y tan hermoso que parece sobrenatural"
Lo último, y nos vamos a dormir. Increíble, empecé con Picasso; de la nada (o del Todo) se me apareció Chagall, y finalmente después de todo este ir y venir para citar y pegar imágenes para regalar desde mi yellowsubmarine, las líneas que aparecieron desde algun lugar virtual fueron:
Pablo Picasso se refirió así al artista:
"Cuando Chagall pinta, no se sabe si está durmiendo o soñando. Debe tener un ángel en algún lugar de su cabeza"
Quiero ser el Chagall de Picasso, pero también quiero ser la musa de Picasso. Un Picasso actual, moderno y eterno. Un Picasso en vos.
"Hay que llamar a las cosas por su nombre,
esto acabó en el momento en que empezó.
Hay que llamar a las cosas por su nombre,
esto acabó...
Solo sé, que pensé que era el momento de hacer algo
antes de darnos cuenta de que estaba pasando otra vez"
('La canción más fea del mundo' by Zahara)
si practico después no me acuerdosi practico, qué le importa al futurovos después te salís del guióny yo quedo así, con la boca como pez
La bestia y la Dama. La Bella y el Vagabundo.
O Vaga-mundo
O Daga que te deja mudo. Ojalá que no.
Cierto cierto, con este título iba a citar a alguien, que salió de las páginas de Gata Flora:
"Y el hombre creó a la mujer"
Según la religión cristiana, en el sexto día Dios creó al hombre, y como lo vio demasiado solo, tomó su costilla y creó también una mujer para que le haga compañía. Por el contrario, en la mitología griega, Zeus hizo una mujer de arcilla, pero no para entretener al hombre, sino para castigarlo por su soberbia. Desde entonces esta ecuación precaria se repite en todas las fábulas: en los cuentos infantiles, las telenovelas y en las comedias románticas. Desde la Biblia hasta Pigmalión. De maneras más o menos evidentes, es el hombre a través de su deseo quien le da sentido y vida a la mujer.
La Sirenita, por ejemplo, cuenta la historia de una sirena hermosa de voz dulce, que se enamora a primera vista de un joven capitán a quien rescata de un naufragio. Conmocionado por el accidente, cuando el capitán despierta, la confunde con otra mujer, a quien le propone casamiento. La Sirenita, entonces, consulta a una bruja mala, quien le da un par de piernas de mujer a cambio de su bella voz, bajo la advertencia de que podrá recuperarla sólo si logra que el capitán se enamore de ella.
La historia de la Cenicienta es parecida. Una joven hermosa es obligada a servir como esclava a su madrastra y a sus dos hijas feas, hasta que un día con la ayuda de un hada madrina, -que le da un vestido y un carruaje hasta las doce de la noche- asiste a un baile en el palacio real, en donde conoce al príncipe del reino, quien la rescata de su familia y la lleva a vivir con él.
En la Bella Durmiente, la protagonista es una hermosa princesa víctima de un embrujo. Un hada maligna la condena a permanecer dormida durante cien años, y un hada buena, para ayudarla, modifica ese hechizo para que se despierte cuando un joven príncipe se enamore y la bese.
Tanto en la Sirenita, como en la Cenicienta, como en la Bella Durmiente, Blancanieves o Rapunzel, para dar algunos ejemplos, sólo el hombre puede darle sentido a la vida de la mujer. La mujer es un ente inmóvil sin ambiciones ni sueños, paralizado en su propia tragedia, hasta que un príncipe valiente la rescata, le devuelve su voz, la libera de la esclavitud o la vuelve a la vida con un beso.
Por otro lado, Blancanieves duerme en una caja de cristal, Rapunzel vive prisionera en una torre, la Bella Durmiente está en coma en un castillo abandonado, la sirenita aislada debajo del mar. Pareciera que todas las mujeres de los cuentos están adormiladas, atontadas, al margen del mundo real, y que los hombres fueran los encargados de volverlas a la realidad. Sus besos les dan vida, como si fueran muñecos de arcilla. Los hombres son como dioses creadores y las mujeres, animales mitológicos o muñecos que sólo con el deseo de un otro se transforman en una persona completa.
En los cuentos infantiles, además, las mujeres son objetos que poseen belleza como único atributo. Y este atributo a su vez les confiere su esencia: las mujeres lindas son buenas, y las malas son feas. Mientras que las primeras enamoran al príncipe valiente con esa cualidad única e insuficiente, a las segundas solo les queda conspirar y sentir envidia. No hay otra opción. En los cuentos las mujeres buenas no existen; la protagonista debe conformarse con la ayuda de animales, seres fantásticos, enanos o leñadores desconocidos.
En “El príncipe encantado”, a primera vista pareciera que la ecuación de invierte: una mujer debe besar a un sapo que en realidad es un príncipe. Pero la premisa es engañosa, porque la moraleja de la historia (y su posterior simbolismo en el cotorreo femenino de peluquería) dice lo opuesto: que una mujer que no se fija en la apariencia de un hombre, puede llevarse una sorpresa y quedarse con un príncipe. Es decir, ganar el premio máximo: un hombre rico.
Las burbujas de las fábulas en las que el príncipe es siempre virtuoso y valiente y la mujer siempre bella e indefensa, persistieron hasta que los hombres se destruyeron en las guerras mundiales. Sólo entonces la realidad transformó la fábula y las mujeres salieron de sus castillos a trabajar, a estudiar y a conocer el mundo. Sin embargo, pasado el tiempo, las cosas parecen volver al mismo lugar. A pesar de que en las jugueterías hay celulares con música, computadoras y patinetas, hoy, millones de años después de Adán y Eva, el producto más vendido no es otro que el disfraz de princesa.
Carolina Aguirre
bestiaria.blogspot.com/2008_05_01_archive.html